martes, 11 de octubre de 2016

ciencia, sentido comun y charlataneria

Es bien sabido que en una sociedad como la nuestra, donde coexisten varias culturas, algunas de ellas milenarias, el saber aparece como un mosaico colorido y muy variado, tanto por sus orígenes como por su metodología, porque justo es decirlo, no únicamente corresponde a la ciencia el poseer un método, sino a toda forma humana de obtener respuestas sobre la naturaleza y la sociedad.


En el presente artículo tratamos de dar a la ciencia su verdadero estatus en el mundo del conocimiento, confrontándola con el sentido común y con la charlatanería, que aunque presentan diferencias de fondo en las intenciones que las motivan, en los métodos que emplean y en las aplicaciones, en realidad sirven a un propósito muy semejante: llenar vacíos de conocimiento en la explicación del cosmos que necesita hacer el ser humano. 
No obstante, el sentido común es posesión universal humana debido a que se funda en la experiencia cotidiana y la charlatanería brinda explicaciones fundadas en sofismas que la hacen aparecer como una ciencia, y por lo tanto campean enseñoreándose como sistemas de explicación del mundo y resolviendo (más bien intentando resolver) problemas de la vida diaria.

Uno de los objetivos del programa de la materia de Psicología es el de dotar al estudiante de elementos que le hagan discernir entre estos tres tipos de conocimiento y observar las ventajas del saber científico sobre los otros dos tipos de conocimiento.
La ciencia considera y tiene como fundamento las observaciones experimentales. Estas observaciones se organizan por medio de métodos, modelos y teorías con el fin de generar nuevos conocimientos. Para ello se establecen previamente unos criterios de verdad y un método de investigación. La aplicación de esos métodos y conocimientos conduce a la generación de nuevos conocimientos en forma de predicciones concretas, cuantitativas y comprobables referidas a observaciones pasadas, presentes y futuras. Con frecuencia esas predicciones pueden formularse mediante razonamientos y estructurarse como reglas o leyes generales, que dan cuenta del comportamiento de un sistema y predicen cómo actuará dicho sistema en determinadas circunstancias.
Hasta el Renacimiento todo el saber que no fuera técnico o artístico se situaba en el ámbito de la filosofía. El conocimiento de la naturaleza era sobre la totalidad: una ciencia universal. Aristóteles usó los términos epistemologia y filosofía para clasificar las ciencias, pero con un significado y contenido muy diferente al de «ciencia» en la Modernidad. Las primeras clasificaciones se remontan a Aristóteles, que considera tres categorías del saber:
  • Teoría, que busca la verdad de las ideas, como formas y como sustancias. Este saber está constituido por las ciencias cuyo conocimiento está basado en el saber por el saber: Matemáticas, Física y Metafísica.
  • Praxis o saber práctico encaminado al logro de un saber para guiar la conducta hacia una acción propiamente humana en cuanto racional: lo formaban la Ética, la Política, la Económica y la Retórica.
  • Poiesis o saber creador, saber poético, basado en la transformación técnica. Lo que hoy día se englobaría en la creación artística, artesanía y la producción de bienes materiales.
La clasificación aristotélica sirvió de fundamento para todas las clasificaciones que se hicieron en la Edad Media hasta el Renacimiento, cuando las grandes transformaciones promovidas por los grandes adelantos técnicos plantearon la necesidad de nuevas ciencias y sobre todo nuevos métodos de investigación que culminarán en la ciencia moderna del siglo XVII. Entonces aparece un concepto moderno de clasificación que supone la definitiva separación entre ciencia y filosofía.

  • El sentido común no tiene una función de reflexión.
Para reflexionar tenemos la capacidad de recordar, valorar y establecer una acción con conocimiento, o sea a conciencia. Pues el sentido común es un conocimiento más dentro de nuestra dinámica en el medio.

  • El sentido común es la potencia por la que se tiene la sensación de cualquier sensación externa, cosa muy distinta de la potencia por la que se tiene la idea de cualquier sensación. Dicho de otra manera: el sentido común no entiende, sino que siente las sensaciones externas. El objeto del conocimiento es conocido fragmentaria-mente por el sujeto en el conocimiento inmediato. Efectivamente el «contacto inmediato» con el objeto se realiza a través de los sentidos externos, pero éstos sólo captan cada uno un aspecto de dicho objeto; el ojo no oye, ni el oído siente la dureza. La primera unificación de estas cualidades captadas se debe llevar a cabo (es lo que hace el sentido común) a través de una comparación entre ellas, que permite, a su vez, diferenciarlas... Pero esta comparación o diferenciación implica ya una referencia marcada a la unidad del sujeto que siente (debe haber algo que unifique), y por eso se dice que el sentido común ilumina el acto del sentido externo y lo hace consciente (de ahí el nombre que se le da al sentido común de conciencia sensible). El sentido común, pues, utiliza a los sentidos externos como instrumentos de los que se sirve para cumplir su función más eminente en orden al conocimiento del objeto.

charlatanería
Un charlatán es una persona que practica algún tipo de estafa con el fin de conseguir beneficio económico o alguna otra ventaja mediante el engaño o la superchería.
Todo charlatán debe tener alguna habilidad especial; la más común es el don de la palabra, mediante la que logra embaucar a su audiencia, por lo general inculta en la temática que el charlatán postula. Otra de las más comunes es la premeditación (movimiento rápido de las manos), mediante la cual hacían los cambios oportunos de productos que entregaban, recibían o devolvían. A menudo los poseedores de la primera habilidad mencionada se asociaban con los de ésta, para mejor llevar a cabo sus estafas.
En lenguaje más coloquial, se llama también charlatán a aquel que habla excesivamente y, más específicamente y en sentido peyorativo, cuando además habla de algo que no conoce o no entiende.
La charlatanería suele confundirse no erróneamente con el esoterismo o el ocultismo, pues a menudo los charlatanes se presentan como astrólogos, adivinosneurólogos, médicos, curanderos, líderes espirituales y vendedores de remedios milagrosos y en general maestros de cualquier ciencia de la época. 


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