● La
psicología popular o psicología del sentido común es la teoría implícita que el
común de las personas usa para explicar la conducta de sus semejantes. En este
grupo de creencias se incluyen todas aquellas que la gente usa durante su vida
diaria, pero que no pueden ser comprobadas experimentalmente.
Junto a la Psicología científica -esa disciplina que estudia el funcionamiento de la mente humana- existe otro saber popular sobre nuestros comportamientos individuales que podríamos denominar psicología popular. No estoy aludiendo, como podrán suponer, a esos pseudopsicólogos que, presumiendo de poseer una aguda penetración mental, diagnostican categóricamente nuestros cambios de humor ni a los que, con tono magistral, definen nuestro perfil temperamental. En esta ocasión me refiero a ese conocimiento que, aunque no se formula con una terminología técnica, tampoco está exento de sabiduría, de esa cultura que las experiencias humanas depositan en el fondo de nuestra conciencia colectiva. Para demostrar el fundamento de esta afirmación, les voy a poner algunos ejemplos de las palabras que usamos en nuestro lenguaje coloquial y que nos sirven para designar a los diferentes tipos psicológicos de las personas con las que convivimos.
A partir de la necesidad que todos experimentamos de comprendernos y de explicar nuestras conductas y las de los que nos rodean, empleamos un lenguaje que posee un singular poder descriptivo y expresivo y que sirve a las obras cómicas televisivas dibujarlos los caracteres de sus personajes, es decir, tipos de hombres definidos por uno o varios rasgos psicológicos y morales dominantes que simbolizan un aspecto de la naturaleza humana o, a veces, una determinada condición social. Recuerden, por ejemplo, los tipos de el avaro o del el misántropo de Moliere.
A partir de la necesidad que todos experimentamos de comprendernos y de explicar nuestras conductas y las de los que nos rodean, empleamos un lenguaje que posee un singular poder descriptivo y expresivo y que sirve a las obras cómicas televisivas dibujarlos los caracteres de sus personajes, es decir, tipos de hombres definidos por uno o varios rasgos psicológicos y morales dominantes que simbolizan un aspecto de la naturaleza humana o, a veces, una determinada condición social. Recuerden, por ejemplo, los tipos de el avaro o del el misántropo de Moliere.
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