sábado, 12 de agosto de 2017

Control y obediencias en el liderazgo

Los medios de comunicación son las fuentes primordiales del poder y de todo liderazgo en la sociedad capitalista del siglo XXI. Los medios concentran las noticias políticas y alientan la instauración del dramatismo como el signo del espectáculo y la manipulación abierta de la opinión pública.
El liderazgo mediático de masas está vinculado al poder y es reconocido desde la sociedad en la cual tiene influencia. El punto de partida para el análisis del poder es la existencia de una relación colectiva entre el líder y sus seguidores que tiene un carácter desigual, relación que además señala la presencia de un eje con dos elementos: el mandato y la obediencia. Estos elementos se convierten en premisas ineludibles que caracterizan cualquier relación de poder.


El líder es aquel que manda o desarrolla un conjunto de estrategias para ser obedecido y es por esto que las masas estarán siempre enajenadas con respecto al líder, pues renunciarán a una parte de sí mismas hasta someterse obedientemente. Incluso en los momentos donde se reivindica una práctica horizontal y participativa de las decisiones, los seguidores buscarán que se les indique el camino hacia dónde ir, por lo que el precio a pagar es entregar una parte de su individualidad para que sea el líder quien los “mande” conduciéndolos por la senda del éxito o la decadencia.
El liderazgo de hoy está fuertemente ligado al mundo del espectáculo mediático, por lo tanto, el terreno más propicio para viabilizar diferentes mandatos y obediencias será la esfera pública de los medios de comunicación como la televisión y la radio. La acción hegemónica dentro de la sociedad parte también de un conjunto de actores-productores de hegemonía, donde destacan los medios masivos que buscan una singular voluntad: instaurarse para que la dominación-dirección del liderazgo moderno pueda ser ejercida de manera eficaz; en consecuencia, la sociedad civil prácticamente se encadena a los medios de comunicación, así como también éstos se encadenan al liderazgo y la sociedad civil gracias a su hegemonía.
Para profundizar el análisis sobre el poder me referiré principalmente al sociólogo alemán Max Weber. La combinación que se puede establecer entre las ideas de Weber y el papel de los medios de comunicación es útil para el desarrollo y la comprensión del liderazgo moderno. Si el poder es definido como una relación compuesta por el mandato y la obediencia, Weber clarifica dicha relación afirmando que el poder es: “un estado de cosas por el cual una voluntad manifiesta (‘mandato’) del ‘dominador’ o de los ‘dominadores’ influye sobre los actos de otros (del ‘dominado’ o de los ‘dominados’) de tal suerte que en un grado socialmente relevante estos actos tienen lugar como si los dominados hubieran adaptado por sí mismos y como máxima de su obrar el contenido del mandato”.


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