Todos sabemos que los Líderes dirigen personas. Pero, ¿qué hace que alguien siga a un Líder? Evidentemente, hay razones por las que alguien sigue a un Líder.
En realidad hay muchas razones por las que se sigue a un Líder, pero en el nivel más básico, todo se reduce a la Influencia, el Poder y la Autoridad.
Muchas veces utilizamos estos tres términos indistintamente, pero yo los veo como tres cosas distintas.
La Influencia, el Poder y la Autoridad son como un continuo que pueden conjugarse en una misma persona o no.
Durante mi carrera he recogido estas definiciones que me ayudan a distinguir entre los tres:
La Influencia es la capacidad de cambiar el curso de una acción u opinión en otra persona.
El Poder es la capacidad de una persona para ejercer el control sobre otra.
La Autoridad es el poder que recae en una posición, cargo, rango o nivel particular.
Influencia
Tenemos la ocasión de influir en los demás, sólo por existir. A veces esto no requiere de ninguna interacción adicional de nuestra parte.
Por ejemplo, si un padre está viendo una película particularmente gráfica (una que tenga clasificación "D" por violencia y lenguaje obsceno) y su hijo entra en la habitación y se sienta, el padre puede cambiar el canal y encontrar algo más adecuado que ver. El hijo no tiene que decir o hacer nada, el sólo entrar en la habitación ejerce una influencia sobre su padre (cambia el curso de sus acciones), lo que ve en la televisión. El hijo, obviamente, no tiene ni el poder ni la autoridad para hacerle cambiar de canal, pero su presencia influye en lo que ve y hace al respecto.
En una empresa Consultora en que trabajé hace algunos años, había un grupo de Líderes (Gerentes de Proyecto) que ocupaban un mismo nivel jerárquico. El equipo de Ingenieros, de diferentes disciplinas, era reasignado de acuerdo a las necesidades de cada proyecto en ejecución. Tuve la oportunidad de participar en un proyecto con uno de esos Líderes, en particular, que era muy carismático y al que todos obedecían sin objetar sus decisiones, incluso la directiva.
Esto ocurría porque era un hombre que poseía una excelente formación técnica, siempre podíamos contar con él para resolver, en conjunto, nuestros problemas laborales. A diferencia de otros Líderes de Proyecto, éste se esmeraba en darnos capacitación constante, recuerdo que sonreía mucho y era muy amable en su trato. Todos queríamos trabajar con él en sus proyectos. A cambio, por supuesto, los resultados de nuestro desempeño eran muy alentadores para la empresa.
Poder
Cuando tenemos y ejercemos el poder que podamos poseer, en realidad estamos usando ese poder para controlar a otra persona o lo que ella está haciendo.
En general, el poder que poseemos viene en varias formas básicas, a saber:
• el Poder personal,
• el Poder que nos da contar con algún recurso escaso o necesario en el momento, tales como: un conocimiento o experiencia específica, el dinero requerido, el tiempo necesario, un material o producto especial, el atractivo sexual y otros.
• el Poder basado en nuestra posición o jerarquía. El problema del poder es que, como hemos visto con frecuencia, quienes lo poseen no desean dejarlo.
El Poder en las manos equivocadas es un arma destructiva.
Un ejemplo reciente de uso de Poder de forma inadecuada lo acabamos de ver en la última cumbre sobre el Cambio Climático. Los principales Líderes económicos del mundo influyeron de tal manera en este encuentro, a fin de dejar las cosas tal como están, que no se lograron acuerdos satisfactorios para revertir el grave problema, a pesar de que está en juego nuestra supervivencia.
En el caso de una empresa, un ejemplo positivo sería si un Supervisor al no estar seguro de cómo repercutirá una decisión particular en los empleados, busca asesoría en la gente de Finanzas o Recursos Humanos. Los encargados de dichos departamentos, al disponer del conocimiento experto en esa materia tienen el poder, de manera significativa, para controlar la toma de decisiones del Supervisor.
Autoridad
La Autoridad entra en juego cuando estamos usando nuestra posición para controlar a otra persona o lo que ella está haciendo.
Aquí es donde el padre podría decirle al niño que apague la televisión, "porque sí" y el niño, por lo general, cumplirá este requerimiento, debido a la autoridad que ejerce su padre, sólo por ser su padre.
Muchas veces vemos cómo el famoso dicho "haz lo que digo, no lo que hago" entra en juego cuando alguien está usando su autoridad para llevar a la gente a hacer algo.
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