La evaluación psicosocial
persigue el mismo objetivo que otros ámbitos de la prevención de riesgos laborales:
identificar factores de riesgo y establecer medidas de mejora para prevenir
daños. Sin embargo, en la práctica, la actuación en el ámbito psicosocial puede
resultar más compleja por
diversos motivos. En primer lugar, podemos citar la dificultad de establecer una
relación causal directa entre factor de riesgo y daño. El punto crucial estriba
en que la pérdida de salud debida a una situación psicosocial inadecuada no se
debe a una relación causa-efecto directa, sino que tiene un origen multicausal.
Más allá del cumplimiento de las exigencias legales, la evaluación de los
factores psicosociales permitirá conocer posibles fallos de la organización,
potenciales de producir anomalías distorsiones
en el funcionamiento de la organización.
Por otra parte, los factores
psicosociales suponen una problemática que afecta tanto a los intereses personales
como empresariales, ya que afectan a la salud individual y a la organización.
Para su estudio debe partirse de un enfoque bio-psicosocial que integre los distintos
niveles de salud: física, psíquica y social.
Otro elemento a considerar es
la dificultad de objetivar la percepción de una situación como estresante y
determinar la magnitud del riesgo. No es fácil establecer una categorización
del riesgo psicosocial ya que para ello sería necesario definir de manera
operativa los factores de riesgo, identificar niveles de daño (individual,
colectivo, para la organización) y establecer relaciones.
Por todo ello, en el momento
de plantear una evaluación del riesgo psicosocial deberán tenerse en
consideración los diversos elementos que entran en juego: las condiciones de
trabajo que pueden provocar daño, los factores moderadores y las consecuencias,
ya sean sobre la persona o sobre la organización.
La evaluación debe centrar el
análisis en las condiciones de trabajo de carácter psicosocial. En la práctica,
en la documentación
Las NTP son guías de buenas
prácticas. Sus indicaciones no son obligatorias salvo que estén recogidas en
una disposición normativa vigente. A efectos de valorar la pertinencia de las
recomendaciones contenidas en una NTP concreta es conveniente tener en cuenta
su fecha de edición. especializada, aunque con enfoques y clasificaciones
diversas, se recoge información sobre aspectos relacionados con: la propia
tarea y las condiciones de realización de la misma (monotonía, exigencias de la
tarea, presión temporal, aislamiento, etc.), las condiciones de empleo
(desarrollo profesional, remuneración, horarios, trabajo a prima, etc.) y las
relaciones sociales (sistema de participación, clima psicológico,
discriminación, etc.).
Por otra parte, es conveniente
valorar la sintomatología asociada a situaciones de estrés u otras alteraciones.
Dado que en muchos casos es difícil contar con este tipo de información de
manera objetiva (ello implicaría reconocimientos médicos, medidas bioquímicas o
electrofisiológicas, etc.), es muy frecuente la aplicación de pruebas de salud
percibida. De esta manera pueden relacionarse los datos referentes a la
realización de la tarea con los posibles efectos sobre la salud. Se trata de
establecer a priori grupos homogéneos, es decir, con características similares
en cuanto a exigencias del trabajo (por ejemplo: por categoría profesional, por
sección o departamento, por turno, etc.) y poder contrastar estadísticamente si
unas determinadas condiciones de trabajo se asocian con unos síntomas dados.